No ha sido un mal año para los hombres lobo. En febrero, llegamos Werewolf: The Apocalypse — Earthblood , cuyo título, con su colon alargado y su trazo que se rompe, evoca el doloroso crujido de la transformación.
Ahora tenemos Resident Evil Village , que está repleto de almas rurales decentes (del tipo duro, acostumbrado a vivir de tierra cruel) que experimentan un cambio. Y no importa la luna llena. A la mitad del día, se encuentran amueblados con pieles enmarañadas y sentados en cuclillas en los tejados en manadas.
Allí, en uno de los espectáculos más espeluznantes que he visto en mucho tiempo, simplemente miran: un resplandor amarillo constante a través de una columna de aliento humeante.
En cierto sentido, la imagen es la más pura de Resident Evil.: lo ordinario se transforma en extravagante, pero lo extravagante tiene sus raíces en lo reconocible, y llegamos a lo siniestro. Por otro lado, ¿cómo pasamos de los brotes virales y los zombis —Romero Country, en otras palabras— a esto, una locura completamente diferente?
Una de las historias de casos más complicadas de Freud es la del «Hombre lobo», a quien describe en De la historia de una neurosis infantil : «El paciente que me interesa aquí permaneció durante mucho tiempo atrincherado de forma inexpugnable detrás de una actitud de apatía complaciente.»
Eso me suena a un diagnóstico bastante bueno de la serie Resident Evil , que se desliza, una vez en una luna azul, desde la apatía complaciente hasta la audacia aullante. Siempre que la fórmula se vuelve crujiente, se inyecta, generalmente con un enjambre de nuevas criaturas y un nuevo ángulo de cámara.
El progenitor del nuevo juego es Resident Evil 4 , que salió en 2005 y sacudió la serie hasta sus cimientos, infectando a casi todos los juegos de disparos en tercera persona desde entonces.
Al igual que con ese juego, comienzas en una aldea, cambias a un castillo y terminas en una pesadilla industrial. Y al igual que con ese juego, la historia comienza con un suspiro. «Han pasado tres años desde todo lo que sucedió en la casa Baker», dice Ethan Winters, recapitulando, con una voz en off cansada, los eventos de Resident Evil 7: Biohazard.. Lo encontramos en una casa acogedora en algún lugar de Rumania, con su esposa, Mia, y su bebé, Rose.
Están teniendo una de esas clásicas disputas matrimoniales que surgen cuando ella te corta la mano con una motosierra, tú la curas de una condición que desafía a la ciencia médica, ambos luchan contra una familia de monstruos superpoderosos, tienen un hijo y se mudan al otro lado del mundo para vivir. una vida clandestina en un paisaje de nieve mordaz.
«Es solo que… Encontrarla en Luisiana, el embarazo, Chris trasladándonos aquí, entrenamiento militar, todo sucedió tan rápido, ¿sabes?» Sí, me lo estás diciendo.
Tradicionalmente, el drama en Resident Evil se raspa y se desplaza en su lugar como los techos de la Mansión Spencer, sus artistas intercalados por circunstancias espantosas y aplastados por el peso de pura tontería. Pero los primeros momentos de Resident Evil VillageIntente escenas de sutileza doméstica – vino tinto balbuceando en vasos, temperamentos quemados en la mesa de la cena – y el resultado, tembloroso y deforme, se siente como si estuviera cocinado en uno de los laboratorios de Umbrella.
Todd Soley, quien le da voz a Ethan, opta por una mezcla tambaleante del jet lag y el iracundo, intercalando sus líneas en lugares extraños y sin seguir el ritmo de los que lo rodean.
No parece estar en casa cuando está en casa; una actuación que pica y llama la atención como esta solo tiene sentido in extremis. Afortunadamente, justo cuando comenzamos a temer verdaderamente la perspectiva de una vida tranquila, el mal de una residencia fija, por así decirlo, choca con Chris Redfield.
Ha cambiado de look desde la última vez que lo vimos, luciendo un abrigo negro largo, un cuello más grueso y un ceño fruncido permanentemente. Sin perder tiempo, dispara a Mia, secuestra a Rose, arrastra a Ethan a la noche.
Después de cojear desde una furgoneta destrozada hacia el bosque, Ethan se posa en un pueblo, se defiende de los altramuces y llega a una fortaleza que empala nubes llamada Castillo Dimitrescu. Aquí conoce a tres hijas que se ríen a carcajadas que beben sangre, se asustan de las ventanas abiertas y se convierten en enjambres de insectos.
Están amenazados por una matriarca, Lady Dimitrescu, que iza a Ethan con cadenas y, sin más que una mirada hipnótica, hace que se ofrezca a ella, entregándole los tristes contenidos de sus venas. (Ella ha hecho exactamente lo mismo con la mitad de Internet, así que entré completamente preparado).
La acción, que continúa donde se quedó el último juego, es en primera persona. En teoría, es un survival horror, el género que Resident Evil ayudó a forjar, aunque pocos de sus horrores han sobrevivido.
Tampoco, hay que decirlo, hay una necesidad de racionar las municiones y los artículos médicos, al menos en la configuración de dificultad predeterminada, lo que significa que la supervivencia es, la mayoría de las veces, simplemente una cuestión de salir disparado.
Este es un estado de cosas triste, dado que Resident Evil 7—Apenas tan tacaño como las primeras entradas de la serie— todavía proporcionaba suficiente pánico como para hacerte sudar a balazos. Esto no quiere decir que Capcom haya sido un tirador directo.
Todavía tenemos miradas oscilantes, acompañadas por la respiración nerviosa de Ethan, pero él tiene un movimiento de bloquear y parar que hace que sus antebrazos sean casi impermeables (ese «entrenamiento militar», sin duda) y empuja a sus enemigos hacia atrás, por lo que rara vez te sientes vulnerable.
Entre sus muchos homenajes a Resident Evil 4 se encuentra la figura del comerciante, el Duque, una grotesca roca de carne, con las tripas agitadas, que se derrama por la parte trasera de su caravana. Aparece periódicamente para venderte productos.
Hay un placer táctil en la forma en que conecta cada arma a la cuadrícula de su maletín, como un juego de Tetris completamente cargado, para dejar espacio para nuevos productos. Al ser un juego de Capcom, cada arma de fuego ha sido elaborada con cuidado y glosada con detalles fetichistas: el destello de una diapositiva pulida, los primeros planos de empuñaduras estriadas y cierres de seguridad.
No puedo pensar en ningún otro desarrollador cuyas armas tengan un peso tan vivo; podría jurar que los había sentido en sus manos.
Por supuesto, hay algunos villanos contra los que la potencia de fuego convencional, al menos inicialmente, no es buena. Los chupasangres del castillo Dimitrescu, por ejemplo, siguiendo el ejemplo del Sr. X, el Terminator de piel azul de Resident Evil 2, te persiguen a paso rápido y todo lo que puedes hacer es correr.
El problema es que no dan miedo; los vampiros llevan mucho tiempo investidos de sensualidad, desde el brillo de Robert Pattinson, en las películas de Crepúsculo, que se remontan a las camisas con volantes del Drácula de Frank Langella, que estaba congelado en un ardor inmortal.
Cualquier temor ha desaparecido del género durante mucho tiempo y, aunque no me importaría una nueva transfusión, no sé si un Resident Evil el juego es el lugar para probarlo.
Enfrentado a estos sanguinarios necrófagos, nuestro héroe suena confundido. ¿Su conclusión, después de su encuentro inicial? «Un montón de brujas locas …» Hmm. Vuelve a intentarlo, Ethan.
Eso sí, no es que puedas culparlo por la confusión. Aquí hay una extraña fusión de folclore, como si el director, Morimasa Sato, que escribió el juego anterior, provocando una nueva y sofocante variedad de escalofríos, pensara que amontonar monstruo sobre monstruo resultaría en un horror creciente. Si has visto los trailers, o has jugado las numerosas demos, estarás al tanto de Heisenberg, el cretino sonriente que controla el metal con su mente.
También tenemos a la Madre Miranda, una sacerdotisa pagana de seis alas, y lo que parece ser una muñeca animada: un trozo de porcelana poseída que se ríe tontamente del que diré poco. Agregue vampiros y hombres lobo, y se le perdonará por pensar que la trama fue inventada enteramente en esclavitud de la dirección de arte, dirigida por Tomonori Takano, quien parece asombrado por el tema.
Para ser justos, puede ver por qué este podría ser el caso. Es poco probable que visites un banquete visual más suntuoso, aunque desigual, que Resident Evil Village este año.
Eche un vistazo a la sala principal del castillo, con su vasta esfera de brújula pintada sobre mármol pálido, iluminada con un resplandor junto al fuego. O qué tal el bosque fuera del pueblo, sus árboles sin hojas cubiertos con un edredón de niebla sucia.
Incluso sus pobres licántropos son emocionantes, disponibles en posición vertical, en la asombrosa variedad Lon Chaney Jr. y, más tarde, en un estilo más desigual: piense en John Landis a través de Bloodborne.: giros oscuros de grafito, rayados airadamente en un merodeo. También hay momentos en los que la sustancia sigue al estilo, y algunas piezas se quedan en la mente como astillas.
No olvidaré pronto el estruendo sobre las tejas del chez Dimitrescu, rifle en mano, mientras soy perseguido por una bandada de murciélagos gigantes, sus gritos resuenan en el aire frío. Pero estos fragmentos deben unirse en una ficción cohesiva propia, y la deuda más reveladora del juego con las mentiras de Resident Evil 4 es la versión de esa aventura que no obtuvimos .
Estoy pensando no solo en el tráiler de «Hook Man», de 2003, en el que Leon Kennedy sufrió alucinaciones espectrales y, sí, ¡muñecos! – sino en la primera encarnación del juego, cuando Hideki Kamiya estaba al mando. Kamiya llevó un diario , en el que desarrolló su versión gótica y estilizada de la serie. Su tema principal fue, como él mismo lo expresó, «frialdad», y el personaje principal fue descrito como «El hombre inmortal con habilidades más allá del conocimiento humano».
Afortunadamente, Shinji Mikami, al detectar tanto el problema como el potencial, convenció a los altos mandos de Capcom de convertir esto en una nueva franquicia. Terminó convirtiéndose en Devil May Cry.
Me pregunto, cuando se trata de Resident Evil Village, si no hubiera sido mejor como una nueva IP. La respuesta, al menos en términos financieros, es «No». Aún así, alcanzando los créditos, me recosté, exhausto y decepcionado por dónde había terminado la serie.
En la última entrada del diario de Kamiya, reflexionó sobre el cambio provocado por Mikami, cuyos servicios realmente podríamos haber usado aquí, diciendo: «Fui fácilmente al mundo de los demonios …» De hecho, me pregunto si podemos abrirnos camino tan fácilmente. espalda.
- Desarrollador : Capcom
- Editorial : Capcom
- Disponible en : PlayStation 5 [revisado en], PlayStation 4, Xbox Series S / X, Xbox One, PC, Google Stadia
Fecha de lanzamiento : 7 de mayo de 2021
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