¡Buenas noticias! ¡El Jefe Maestro ha vuelto! Además, desde la última vez que lo vimos, ha estado en la sala de estar, o tal vez en el garaje, y se ha hecho un nuevo trabajo de pintura. Su traje, un homenaje al de Halo: Combat Evolved, ahora tiene el rico tono de la sopa de guisantes. Veamos de que trata en esta reseña del juego.
Reseña del videojuego Halo Infinite para Xbox, PC
Tiene un nuevo compañero, en la forma familiar de una mujer holográfica, a quien le gusta pararse sobre su palma extendida, como Tinkerbell aconsejando a uno de sus Niños Perdidos.
Y lo encontramos, en Halo Infinite, en una instalación real de Halo, uno de los anillos de metal del tamaño de un planeta en el que se forjó esta serie, hace tantos años. Es una vista hermosa: su superficie ancha, montañosa y cubierta de árboles, su horizonte que se eleva hacia los cielos y desciende detrás. Pobre viejo jefe. No importa lo lejos que vaya, siempre terminará donde comenzó.
Sucede que comienza el nuevo juego dormido, a la deriva por el espacio. Lo despierta un hombre barbudo y desconcertado, un piloto abandonado del Comando Espacial de las Naciones Unidas, nos dicen, cuyo distintivo de llamada, que coincide con el de su nave, es Echo 216.
Cuando nuestro triste gigante verde pide que lo dejen en el anillo cercano, para marchar mejor a la batalla, Echo 216 afirma: «Necesitamos ayuda, no heroísmo». Por si acaso, obtenemos una mezcla de ambos.
La batalla llega por cortesía de Escharum, un bruto gris como la masilla con un arsenal de colmillos y una tos desagradable. Escharum lidera a los Banished, una facción renegada de los villanos alienígenas de toda la vida de la serie, The Covenant, y le gusta aparecer regularmente, a través de FaceTime naranja, para atormentar al líder.
Mientras tanto, dispersos por la tierra hay bolsas de fuerzas del UNSC, así como una serie de puestos de avanzada controlados por Banished. La nueva IA del líder asociado, que se parece mucho a su antigua IA asociada solo de color azul, Cortana, y se llama sin rodeos «Arma», apunta a una de esas fortalezas y dice: «Está bien defendida, por lo que definitivamente vale la pena investigar… y voladuras».
Esta directiva será familiar para cualquiera que haya jugado Far Cry. La buena noticia, si temías el debilitamiento de la fórmula de Halo (hasta entonces un shooter lineal), al estar injertado en un mundo abierto, es que el resultado es todo menos desordenado. De hecho, Halo Infinite ofrece maravillas.
Por lo que puedo recordar, ningún otro sandbox este año me ha hecho montar una mangosta del UNSC (esencialmente un quad), dando vueltas cerca del borde de un acantilado mientras un camarada, encaramado sobre su espalda y con un rifle, dispara salvajemente a un pelotón de enemigos despiadados.
Reseña del Juego Halo Infinite
En preparación para este nuevo marco, Master Chief ha mejorado su juego Ahora tiene un gancho de agarre atado a su muñeca, otorgándole los vibrantes dones de Peter Parker; puede disparar escopetas fuera del alcance de sus manos, arrastrarse por las repisas o azotar a los enemigos como un trapecista vengativo. Incluso tiene una ingeniosa maniobra de esquivar impulsada por un jet.
Es como si los desarrolladores de 343 Industries presenciaran Doom Eternal y pensaran, ¡maldita sea! Nuestro marine espacial verdoso debería ser tan espléndidamente ingenioso como este idiota.
El mejor uso del gancho de agarre es como herramienta de distracción; engánchelo a un Banshee que pasa, por ejemplo, y se arrastrará hasta su cabina, liberando al piloto actual de su nave, y, preferiblemente, de su vida, antes de gritar a las nubes. Desde este punto de vista, el mundo es tu ostra.
Solo que está ensartado con menos cuentas que sus predecesores. El costo de este paisaje de batalla no lineal es que 343 tiene una mano menos firme en los escenarios. Momentos que definieron esta serie: la caída, al inicio de Halo 3: ODST, en las calles en llamas de New Mombasa; nuestro primer encuentro con un escarabajo del Pacto, en Halo 2, fue trabajado y pulido bajo una narrativa estrictamente controlada.
Aquí puedes ir a donde quieras. Y, mientras las colinas crepitaban con escaramuzas emergentes, llegué al final de Halo Infinite y encontré mi memoria severamente mal equipada con escenas vívidas.
Otra razón de esto es la trama, que parece esbozada apresuradamente. Los principales personajes y eventos se mencionan de pasada. Escharum, por ejemplo, menciona repetidamente a su maestro, Atriox, la amenaza principal en Halo Wars 2, un spin-off táctico; pero si no ha jugado este juego, parece que Escharum está jurando lealtad a una marca de medicamento para la garganta.
Por otro lado, si jugaste la última entrada de la línea principal, Halo 5: Guardians, es posible que te preguntes: «¿Qué pasó con las molestas almas del Fireteam Osiris? ¿Y dónde están los compañeros Spartans del equipo azul del líder, entre ellos?», la maravillosamente llamada Linda?
Si los amplios toques emocionales de la campaña resuenan, es gracias a Cortana, o más bien, las huellas persistentes de ella. En Halo 4 (la primera entrada en 343, tomando el relevo del creador de la serie Bungie), Cortana se vio afectada por la ira, una enfermedad similar a la demencia que la dejó vulnerable a repentinos cambios de humor y, en Halo 5, la convirtió en una verdadera villana.
Ahora ha sido derrotada, por quién inicialmente no lo sabemos, y el Jefe Maestro continúa escuchando su voz. «No es ella», dice Weapon, quien, al igual que Cortana, también tiene la voz de Jen Taylor, aunque en tonos más valientes. «Son solo datos», dice ella. «Grupos de código recursivo». Aun así, su presencia le da gravedad a Halo Infinite; mientras los detalles sólidos se deslizan a través de su órbita, Cortana nos atrae.
Aún así, ella no es el foco de la fascinación del juego.La historia, escrita por Dan Chosich, sigue el mismo camino que tomó id Software en Doom Eternal; no puede apartar la mirada de su estrella vestida de verde.
Echo 216, exasperado por los esfuerzos incansables del líder y frustrado por su propia fragilidad humana, grita: «Yo no soy tú. Sí, únete al club. Pero, ¿quién es el Jefe Maestro? ¿Qué dolores abortados y alegrías fugaces yacen debajo de su armadura de asalto motorizada Mark VI Mjolnir? ¿Deberíamos realmente preocuparnos? Los personajes de Halo Infinite se preparan para realzar su leyenda o sondear las partes privadas de su naturaleza.
«Es más de lo que podría llamarse un hombre de acción», dijo uno. «¿Por qué haces esto una y otra vez?» otro pregunta. Y, hacia el final: «Todo me ha dejado excepto la certeza de tu bondad».
El Jefe Maestro podría ser el último miembro de la clase de verdaderas mascotas: aquellos cuyas semejanzas han sido elevadas por encima de los juegos que las practican. Pero me pregunto si Sonic y Mario tienen que soportar este tipo de análisis psicológico. ¿Y el chef puede confirmar eso?
Quizás el tema más intrigante, el paciente que más merece tal escrutinio, es 343 Industries. ¿Deberíamos sorprendernos de que este nuevo anillo, designado como Zeta Halo, estuviera parcialmente roto? Si no lo supiera mejor, pensaría que los desarrolladores estaban tratando de decirnos algo.
Su trabajo se ha entrelazado durante mucho tiempo con el de Bungie, y su visión se ha vuelto cada vez más tensa. Halo 4 me pareció una serie intrigante de ideas, presentadas al azar. Sin embargo, cuando llegó Halo 5, era como si 343 hubiera sucumbido a la locura, saturando su acción con personajes fragmentados y convirtiéndose en turbios afluentes de la trama.
De ahí la estructura del mundo abierto, que, armada con la potencia de fuego del hardware moderno, captura la promesa sin aliento de Combat Evolved, cuyos enfrentamientos se han oxigenado al aire libre. De ahí también la banda sonora, que, aunque compuesta por Gareth Coker, Joel Corelitz y Curtis Schweitzer, está bien prestada a Martin O’Donnell y Michael Salvatori, cuyas partituras orquestales para Halo son tan buenas como las del mejor medio. Producido.
Aun así, es difícil quitarse de encima la sensación de que estas llaves están siendo utilizadas como tranquilizantes, que después de la agotadora confusión de Halo 5, la mera visión de un UNSC Warthog agitado en un valle cubierto de hierba recibirá a los ojos cansados como un bálsamo.
Puede que lo sea al principio, pero después de un tiempo se asienta una especie de tristeza y 343, como su héroe, parece perseguido por grupos de código recursivo. En un momento, Weapon, preocupada por la determinación de su anfitrión de improvisar, protesta: «Pero esa no era la misión». La respuesta vuelve: “Las misiones cambian. Siempre lo hacen. No siempre, jefe.
Donde esta la deferencia a las viejas costumbres es bienvenida es en el modo multijugador, que entró en beta abierta antes de la campaña. Aquí, 343 honró el legado no tanto del líder sino de todos aquellos, ligeramente plateados por el tiempo quizás, que vivieron en Xbox Live durante sus años dorados.
Lo más refrescante del modo multijugador en línea, si vienes de juegos recientes como Call of Duty: Vanguard y Battlefield 2042, es lo que no está allí: sin ventajas, sin equipamiento personalizable, sin armas mejoradas y, por lo tanto, sin indicios de que has acaba de ser derribado por algo injusto desde lejos.
Mi estado de ánimo en muchos juegos de disparos multijugador en línea es similar al de Arma, quien, cuando ella y el Jefe Maestro aterrizan en Zeta Halo por primera vez, dice: “Guau. Mira este lugar. Está tan… lleno de más monstruos que vienen a matarnos.
Este miedo inicial, que da paso a la comprensión pragmática de que su final está cerca, es reconocible al instante para cualquiera que se haya aventurado ingenuamente en Apex Legends o Overwatch.
En Halo Infinite, cada jugador comienza con un rifle de asalto, un par de granadas y una pistola. Periódicamente se materializan mejores armas, ahí para que cualquiera pueda saquearlas. Y los fósforos, ya sean Capture the Flag, Slayer, Total Control u otros, se mezclan con moderación con un compuesto delicioso. Y, al derrotar a un equipo de Spartans opuestos, es posible que, como yo, descubras que tenías algo que ellos no tenían. ¿Puedes adivinar? Suerte.
Más de una vez he cambiado el rumbo de un partido, o he matado a un jugador superior, con el lanzamiento aleatorio de una granada, o con suerte, el cohete cayó. El multijugador en Halo Infinite es un gran ecualizador; ves a todos saltando por los mapas, atados por la misma gravedad lunar, y te sientes libre.
Después del retraso de un año del juego y el lanzamiento en partes, es un alivio informar que el modo multijugador es una alegría sin límites. Queda por ver si este será el Halo durante los próximos diez años, como se ha dicho.
Pero aquí es, en este momento, donde 343 ha tenido éxito con Halo Infinite, donde nos ha cerrado el círculo y donde mira hacia el futuro. Los dejo con las palabras de Cortana: «Esto no es un final. Esta es una oportunidad para enmendar. Para corregir errores. Y comienza aquí.
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